Biografía de José Ángel Buesa, nació el 2 de septiembre de 1910 en las Cruces, Cuba y falleció el 14 de agosto de 1982 en Santo Domingo, República Dominicana. Poeta romántico que despliega melancolía en su obra, la cual es centralmente elegíaca. Se le conoce como el “poeta enamorado”, y en su época se le considera como el lírico más popular de su país.

¿Quién fue José Ángel Buesa?

¿Quién fue José Ángel Buesa? Cuando tiene siete años de edad comienza a crear sus primeros versos. Posteriormente, en su etapa de adolescente se traslada a Cienfuegos, donde toma su preparación académica en el Colegio de los Hermanos Maristas.

El ambiente de Cienfuegos tiene un efecto preponderante en sus creaciones poéticas, debido a la influencia de sus cañaverales, gente y paisajes.

Más adelante, mientras aún es joven, opta por viajar a La Habana, y ahí se añade a diferentes agrupaciones literarias. Asimismo, a la edad de 22 años inicia con publicaciones, adquiriendo un éxito muy elevado.

Despliega un primer periodo muy productivo, y después se ve forzado a dejar el territorio cubano para dar comienzo a una peregrinación a través de distintos lugares, que son España, las Islas Canarias y El Salvador, hasta finalmente llegar a Santo Domingo.

Se destaca en su biografía que su fama se origina principalmente por la profunda sensibilidad y claridad de su obra. De igual forma, un número importante de sus poemas se traducen a idiomas como el inglés, ruso, japonés, portugués, polaco y chino. Otros tantos de éstos son musicalizados o se recitan en discos de extensa duración.

Por otra parte, Buesa también es novelista y escritor de libretos para la televisión y radio cubana, e incluso dirige programas radiales en estaciones como CMQ y RHC-Cadena Azul (ya inexistentes).

Vida de José Ángel Buesa

La vida de José Ángel Buesa sobresale en el ámbito de la poesía al desarrollar creaciones de gran valor literario. Sus libros se agotan tan pronto salen y se dice que sus versos son los primeros que se escuchan en la televisión de Cuba en 1961.

Determinados críticos lo catalogan como poeta menor, fácil y cursi; sin embargo, se puede afirmar que ningún lírico de su nación hace mejor gala del neo-romanticismo americano como él. Entre sus composiciones más importantes está “La fuga de las horas”  de 1932, “Babel” de 1936 y “Cantos de Proteo” de 1944, además de otras.

Sus años finales los vive exiliado, momentos en los que se dedica a la docencia, enseñando literatura en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña de República Dominicana, país donde fallece en 1982.

Se sabe por su obra que el dejar su tierra natal le produce un inmenso dolor. Al parecer sus restos descansan en Santo Domingo por algunos años, aunque luego un conjunto de sus seguidores Puertorriqueños consigue que éstos se trasladen a Miami.

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