BiografÃa de Ibn Raubas, nacido en el siglo VIII al Norte de Ãfrica y falleció en el año 716 en Sevilla, España. Llamado Ibn Abd al-Aziz o Ibn Rawas, fue un gobernante que se desempeñó en la corte valenciana instituida por Abul Hassan Abdel Aziz.
Ibn Raubas dirigió el Valiato de al-Ãndalus en el periodo correspondiente a 714 al 716; fue el segundo valà que ejerciera el poder desde la invasión.
¿Quién fue Ibn Raubas?
¿Quién fue Ibn Raubas? Su padre era Musa ibn Nusair, un gobernante yemenà y principal caudillo en el proceso de invasión que realizaran los musulmanes en la penÃnsula ibérica.
Ibn Abd al-Aziz acompañó a su padre en muchas campañas expansivas, además se habÃa puesto a su cargo distintas misiones dirigidas a conquistar territorio occidental árabe. Hacia el año 712, se encontraba con su padre desembarcando en la PenÃnsula Ibérica; su llega constituyó una invasión más, porque para ese entonces habÃa conquistado varios territorios.
Los árabes llegaron a la región que más adelante se llamó Sevilla, allà sometieron solo al clero y la nobleza, pero todas las propiedades del pueblo fueron respetadas. En consecuencia, los invasores tomaron el poder y se repartieron las tierras de los gobernantes visigodos desalojados.
Se destaca de su biografÃa, un par de años más tarde Ibn Raubas fue designado por su padre para que gobernara Al-Ãndalus, era apenas el segundo valà que asumÃa el poder ante la partida de Musa ibn Nusair y Tariq ibn Ziyad a Damasco. Mientras estuvo en el poder también organizó la conquista de la zona sur de la penÃnsula, volviendo de manera intermitente para pacificar alguna revuelta de origen judÃa o cristiana en Sevilla.
Desde su establecimiento, se inició una etapa de riqueza cultural; pronto la región pasó a ser un centro intelectual y los impuestos estaban limitados a los terratenientes, de inmediato se exoneró de su pago a discapacitados, mujeres y personas en condición de calle.
Sin embargo, los más beneficiados del sistema recién instaurado fueron los esclavos y obreros agrÃcolas, quienes habÃan sido sometidos al trabajo duro sin derechos sobre tierras o algún favor por su esfuerzo. Pero el gobierno encabezado por Ibn Raubas, eliminó todo atisbo de servidumbre y les devolvió derechos de ciudadanos a todas estas personas, siempre y cuando profesaran la fe musulmana.
Existen muchas leyendas sobre la figura de Abd al-Aziz, se cree que se mantuvo en conversaciones con los territorios visigodos no conquistados y que en cierto momento, fue manipulado por su esposa para que se independizara de Damasco y se autoproclamara rey.
Pero, una cosa desconocÃa Ibn Raubas y era que su padre habÃa llegado a la corte del califa cargado de todo el oro y el tesoro saqueado durante la invasión. Esta situación, además del temor a perder el territorio y las constantes pugnas entre Musa ibn Nusair y Tariq ibn Ziyad por la atribución de la conquista, propició la captura de Musa.
Vida de Ibn Raubas
La Vida de Ibn Raubas, la figura de este gobernante pertenece a la historia más remota de Sevilla, para los historiadores no existe una versión clara de lo que fue su actuación; en tal sentido, aunque muchos creen que fue muy acertado en su función, otros no están de acuerdo con esto.
Pero, fueron sus propios paisanos quienes comenzaron a desconfiar de él por la acción de su padre. A esto se le unió la heterogeneidad del grupo invasor, pues el ejército musulmán estaba constituido tanto por sirios, como yemenÃes, libaneses, bereberes y egipcios; los cuales avivaron las tensiones por su temor a perder parte del botÃn y el poder en la misma familia.
Por otro lado, Egilona, la esposa de Raubas, era descendiente de nobles visigodo. Esto complicó las actividades del valÃ, porque Habib ibn Abi ‘Ubayda al-Fihri, que era el militar designado por el Califa para vigilarlo, desconfiaba de esta unión y fue el primero en dar aviso.
El valà sofocó varios levantamientos durante su breve mandato, pero no sabÃa que estaba en la mira de los árabes, quienes ya habÃan ordenado su asesinato. El propio Habib ibn Abi ‘Ubayda al-Fihri dirigió las acciones de su muerte, su cabeza fue enviada a Damasco para dar fe de culminada la misión.