BiografÃa de Diego de Hojeda, vivió entre los años 1570 y 1615. Fue un poeta español, que escribió La CristÃada, una obra de carácter religioso y pastoral.
¿Quién fue Diego de Hojeda?
¿Quién fue Diego de Hojeda? Sus padres fueron Diego Ãvalos y Catalina Martin. Nació en Sevilla, que en esa época era un centro turÃstico y literario. Los principales exponentes literarios de la lengua española eran Lope, Góngora, Cervantes y Quevedo.
En el año 1591 fue a las Indias y en Lima ingresó en la orden de los dominicos. Durante su vida religiosa fue profesor de teologÃa, y director de recursos en Lima. En el año 1606 a raÃz de la fundación de un nuevo convento se convirtió en maestro de teologÃa. No obstante su principal función fue como Pior en la ciudad de Cuzco.
Se puede destacar en su biografÃa, la obra La CritÃada del año 1611. Esta fue una epopeya de la pasión de Cristo. Se destacó por escribirla en lenguaje popular y se inspiró en los cuatro Evangelios y Tasso. Se la dedicó al Marqués de Montesclavos, quien era Virrey del Perú y un gran mecenas del arte.
Esta obra cuenta con octavas reales. Es un poema muy inspirado que se ha constituido en lo mejor de las la literatura virreinal, en el Siglo de Oro. Tiene doce cantos, cada uno precedido por una octava real. Cuenta el camino de Cristo entre la última cena y el momento del entierro.
Vida de Diego de Hojeda
La vida de Diego de Hojeda, fue la vida de un monje dedicado a la iglesia completamente. Y posiblemente hubiera transcurrido de no ser por el inconveniente que se presentó.
Debido a una disputa eclesiástica degradado a fraile y enviado a Cuzco primero y a Huanaco después. Dadas las difÃciles condiciones de vida de ese lugar, que no supo enfrentar, murió en el año 1615. No pudo conocer la noticia de que se la habÃan levantado las acusaciones y de que habÃa sido declarado inocente.
HabÃa alcanzado el tÃtulo de Licenciado en TeologÃa, y fue un profundo lector del Santo Tomás de Aquino. También habÃa sido un gran orador y un ilustre conocedor del latÃn y el castellano.
Pudo participar de la vida secular de la colonia en la que vivió. Publicó los versos en elogio de Pedro de Oña. También vieron la luz el Arauco Domado que fue una continuación de la Araucana de Ercilla. Se le atribuyó un libro sobre la historia de la inquisición, pero esto nunca se comprobó concretamente.